En vivo y en directo. Autocrítica sin tapujos, llamando a las cosas por su nombre. Basta de excusarse en el mundo, la vida o la sociedad. ¿Acaso no formamos parte del mundo? ¿No somos dueños de nuestra vida? ¿No somos los que sostenemos esta sociedad?

martes, 31 de mayo de 2011

A tiempo completo


El Papa lo recordaba explícitamente hace unos meses. El sacerdocio es una vocación “full-time”, a tiempo completo —venía a decir el Santo Padre.

El sacerdote no puede serlo sólo durante unas horas al día. Su ocupación pastoral debería extenderse a lo largo de las 24 horas, siete días a la semana, doce meses al año. Puede haber descansos. Son necesarios. Pero no vacaciones. Un sacerdote de Dios Altísimo lo es siempre y a todas horas, aunque él —la persona— no quiera.

Es doloroso ver templos cerrados un día a la semana —o más— porque el sacerdote tiene que descansar. Ya sé que faltan trabajadores en la mies, pero ¿seguro que no se pueden organizar mejor en estos casos?

Si una persona escogió ser sacerdote por la paga o las vacaciones creo que se equivocó. Son los riesgos de la profesionalización. Ser sacerdote es algo más. En realidad, es mucho más...

martes, 24 de mayo de 2011

Razones para amar


En un calendario de una orden religiosa, en el mes de marzo, se lee la siguiente frase: “No nos tendrían que preocupar las raíces, sino los frutos”. Quiero pensar que la cita pretende hacer referencia a que podemos y debemos trabajar codo con codo junto a quienes, incluso desde diferentes convicciones religiosas, persiguen los mismos fines. Lo que sucede es que no tengo tan claro que podamos tener los mismos fines. Al menos, a largo plazo.

Supongo que los frutos son importantes. No lo supongo, lo sé. Por sus frutos los conoceréis... Pero también el mal da frutos e incluso pueden tener apariencia de buenos, así que me parece que el tema de las raíces también debe tener su importancia, ¿no? De hecho, un buen puñado de flores venenosas son bellas y llamativas. La maldad no se anuncia como malvada en carteles luminosos.

Es innegable que la buenas obras tienen un valor intrínseco por su bondad. También es cierto que Dios puede escribir con renglones torcidos y sacar bien del mal (aunque eso me parece que sólo está a su alcance). Pero creo que para los cristianos, las razones de esas buenas obras son importantes. Esenciales.

martes, 17 de mayo de 2011

Lo que tiene el atrevimiento

La ignorancia tiene eso: es muy atrevida. O la temeridad. O una mezcla de ambas... Lo cierto es que hay que ser muy atrevido para exponerse en público de esta manera. Aunque también es verdad que el riesgo no es grande —al menos de momento— habida cuenta de la escasa publicidad dada a este sitio y su número de visitas. Hace casi un año que la web está funcionando “en pruebas” y “de tapadillo” y quizá nunca pase de ahí. En las últimas dos semanas se han contabilizado —por curiosidad, porque no será nunca el criterio dominante— apenas 200 visitas. Será lo que Dios quiera, o no será...

Pero volviendo al tema: hay que ser muy atrevido. O temerario.

Atrevimiento por pensar que una iniciativa de este tipo —una más— era necesaria y podía funcionar. Hay otros magníficos portales de recursos católicos. Y Google permite encontrar casi de todo en Internet. Aún así, aquí estamos. No hay mucho, de momento. Bastantes cosas —y muy buenas— en agenda, aunque tampoco una explosión. Muchas llamadas, respuestas contadas. Voluntad, y poco tiempo... Es lo que hay.

martes, 10 de mayo de 2011

¿Obligación o devoción?


Dos hechos irrefutables —los hechos tienen la manía de ser así— y unas declaraciones.

Primer hecho: el número de personas atendido por Cáritas se ha doblado en dos años por motivo de la crisis.

En realidad, puede que haya hecho algo más que doblarse y Cáritas no está sola en esta lucha. Sus cifras no son las únicas.

No me cabe duda de que ha sido la familia —mal llamada tradicional— extensa, la que ha soportado y amortiguado la situación económica en este país. Es así, aunque sea un parámetro de difícil medición.

En cualquier caso, es evidente la realidad de muchas personas que viven a nuestro lado y la necesidad de ayuda y apoyo.

Segundo hecho: el número de voluntarios en España desciende y está por debajo de las cifras que se dan en otros países europeos. Sin embargo, la colaboración económica o material refleja una tendencia al alza.

martes, 3 de mayo de 2011

Temor de Dios


Hace unos días circulaba por una autovía y sentí miedo. El miedo de los que transitaban. Mi propio miedo... Pequeños toques de freno, miradas —más de las necesarias— al salpicadero para controlar la velocidad, aglomeraciones (todos en un carril, en fila india), adelantamientos interminables.

Entonces me vino a la cabeza. Hemos olvidado el santo temor a Dios y lo hemos sustituido por el pánico a la Guardia Civil de Tráfico. En ese momento sentí tristeza.

No es que sea triste que respetemos las normas de circulación, aunque hay algunas que son estúpidas, contraproducentes e incluso imposibles de cumplir, de verdad. No es que sea triste mirar con cierto temor a los representantes de la Autoridad que velan por nuestro bien, aunque hay momentos y situaciones en los que parece que su fin es otro. No es que sea triste respetar unas normas que pueden velar por nuestra seguridad y nuestras propias vidas, y la de los demás.